domingo, 1 de febrero de 2009

A contramano.

Es como un veneno que se traslada con paso lento la brisa de un mar sediento. Delirio en los recuerdos, es el pasado ocultado bajo tristes pupilas de sal. Lujuria exquisita, mal sin desertores, todos somos culpables por pensar en la abstinencia y hablar de obediencia.
Recorriendo con caricias tu cuerpo pretendo encontrar tu vientre, antídoto y libertad, entonces me declaro en busca de la inmortalidad.
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