viernes, 4 de noviembre de 2011

Cuando dejé de escribirte.

El cuaderno está vacío: te has ido.
Sólo quedo yo, desafiando síntomas del suicida,
en esta habitación contigua a la locura
arma blanca de ti brotan colores,
versos invisibles para morir oculto.

La pluma solitaria, diambula triste,
sin esperanza,
de la diestra a la siniestra,
como si fuera llama, mis manos,
incapaces,
sostienen, en gotas,
sus palabras.

viernes, 14 de octubre de 2011

Allí estaré.

Allí estaré, entre las hojas de los árboles
como los nidos que niegan a olvidarse
a sí mismos cuando las aves han emigrado;
allí estaré, entre los libros, las cartas,
las puntas de los lápices con que escribiste
"te extraño";
allí estaré, si así lo quieres, enterrado,
bajo la lápida de tus recuerdos
(pesada loza que soporta mi cuerpo);
allí estaré, escribiendo este correo,
una y otra vez.

Allí estaré, encarnando una lucha con el ser y no ser.

Allí estaré,
donde tú quieras que yo esté.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Brevario.

Acariciar tu imagen de mis imágenes,
el rostro que muere y nace,
la inmortalidad del amor a cada instante
porque no hay gota que no ame a otra gota
y nunca precipiten juntas su lamento,
entonces el amor muere y nace
porque no hay muerte que no persiga a la vida
y se encuentren de noche o de día

ululando como el viento caricias en otoño o invierno
porque no existe tu nombre sin el mío
y yo no sea el resultado de tu imaginación
y tú, inevitamblemente, la cura de mi dolor.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Puta o puto.

Muchos dicen que la ola, olorosa, escandalosa y huamana, que se forma en los estadios, particularmente en los juegos de futbol, tiene sus raíces en México. Lo escucha cuando ves al guardameta haciendo un saque de meta (muchas veces en un simple despeje). Lo analizas. Sí, es posible. Nosotros, cosa de no mucho orgullo, fuimos creadores de ese movimiento de emociones que se desplazan por un estadio; el simple hecho de estar nada más sentado, viendo un enfadoso juego disputándose en media cancha; de ese asombro por la colectividad, la unión espontánea del sentimiento más escondido entre nosotros, la unidad; por el simple naufragio debido al huracán de la euforia. Suena bien.
Cuando pienso en su origen, la manera en que le gritaron por primera vez, se me viene la imagen de un imbécil tratando de intimarlo, agitando vigorosamente el brazo y el riguroso ademán, que no hacen sino desconcentrarlo. Luego el buen amigo no lo deja solo y ahora es parte del coro, juntos levantan el brazo y vociferan a destiempo. En pocos días la porra ya tiene un nueva estrategia. Las armas están listas, colgando de las cuerdas bucales, puede ser en el minuto cinco, alguna vez lo fue hasta el ocho. La decisión fue unánime. En un momento me pareció gracioso y allí reside el problema: cuando ves tan normal los insultos, y esa idea de lo "normal" ha sido inducida por alguien que no comparte tus criterios.
¡Puuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuutooooooooo! Se grita desde lo más alto hasta lo más bajo del estadio, desde lo más lejos a lo más cercano de la cancha. El balón en el círculo central, el medio de contensión adelanta para la ofensiva, el tumulto se anima: ¡Tira, tira! la señora grita, se desborda, casi llega el gol, viene la copa, sigue intentando olvidar lo fallado. Un nuevo saque de meta. Puto, portero puto.
El término puto o puta, vaya a ser el caso, tiene sus teorías acerca de su etimología, y parece ser complicado, pero en todas no se asimila de un modo peyorativo como aquí en México. Aquí sencillamente te va mal si lo usas. Entonces unos se lo atribuyen a los romanos. Su raíz en putta, putto (muchacha, chicuela) es lo más atractivo. El historiador habla también de una diosa menor de los romanos; en la biblia se lo atribuyen a un tal Potifer quien tenía una amante que sedujo a José, cosa que pagó con encerrón; y lo más sencillo: como abreviación de la palabra "prostituta".
Sin embargo, la cuestión no es el insulto, sino el grito unánime. Y acostumbrados a gritar lo estamos. Sobre todo en estas fechas patrias, que, al igual en las canchas, lo hacemos para festejar una independencia que no sabemos realmente cómo se consumó.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Donde empieza frontera.

Alguna vez nos amamos:
me lo dicen mis labios
en tus ojos reflejados
(aunque yo no recuerdo
a tus labios
sosteniendo mi mirada)

El amor tiene tantas facetas.

Aquí acaba la poesía
donde empieza frontera
en este lago o pantano
justo en el lugar que nos amamos
en este mar claustrado
bajo tanta hoja atada al árbol,
entre tanta sombra de amantes
y suicidios de los culpables.

Imaginábamos poetas
creando lírica de nuestros encuentros
¡Cuántas tragedias no se han escrito!
Nos sentíamos protagonistas
de una historia que jamás se ha inventado.

Ahora sé que eres tú la poetisa,
dramaturga que ha hecho de mí
un villano.
Los héroes son solo palabras
que por suerte te han salvado,
palabras que tus pesados labios
han pronunciado.

Yo sigo siendo esa historia que cada noche te inventas,
cada mañana se te olvida, sigo siendo esa palabra
que en el día no pronuncias mas en el sueño murmullas,
esa sombra que el sol desaparece
pero la luna a tu espalda me tiene.

Sigo siendo yo. Yo sin ti.

domingo, 10 de julio de 2011

Orígenes.

De un sueño fatigado ha nacido el hombre,
roca que se funde, agua que se evapora,
lluvia que germina si el tiempo mejora.
la existencia: un suspiro, es hambre,
es distancia para nosotros remota,
es tiempo para nosotros eterno.
los silencios se expanden
ya no hay vocales
ni consonates
solo la tilde:
un acento,
vestigios
de ti.
Sería
condena
la inmortalidad,
aferrarse a la vida
es para el alma crueldad.
antes que el hombre no existía
la muerte porque nadie anhelaba
la vida solo para satisfacer necesidad.
El tiempo se empieza a dilatar. Las líneas,
su continuidad, buscan, como nosotros, la eternidad.



Los días, tú y yo.

Podría pero aquí estoy.
Quisiera mas no puedo.
Lo siento, no creo en nada.
Graciosa arena, me sonríes,
quisiera hundirme
hallar el núcleo de esta tierra
que me absorbe, que me observa,
que me aleja del planeta;
has convertido en manto acuífero
mis emociones, tengo que buscar
entre las capas que ha traspasado
y es como enterrar el pasado,
el cielo se vuelve un futuro muy lejano.
(Qué falsedad el azul del mar,
el brillo del sol,
las tumbas de un panteón,
los días, tú y yo).

viernes, 8 de abril de 2011

El abandono a los recuerdos.

¿De qué color son tus ojos? Tanto como por el tono de voz, lo inesperado de la pregunta y la no relación que llevaba con él, ella no pudo sino quedarse perpleja, esperar un par de segundos para sacar de la duda al hombre y para zafarse de este bochornoso momento. La cosa iba peor conforme pasaban las milésimas de segundo pues hacía tiempo que ella usaba pupilentes de color y cuando lo recordó supo que la pregunta no se refería a lo que sería una respuesta evidente, era más bien algo que llevaba oculto: el verdadero color de sus ojos. La curiosidad es la madre de los descubrimientos, es cierto, y también, por otro lado, de vergonzosos momentos. Así lo fue para ella. Porque desde ese día no olvidó nunca jamás el café de sus ojos.
Mas las milésimas trotaban con la calma de siempre y ella que no tenía en mente, por el momento, los colores. Un día cualquiera y hace ya tantos años, ella decidió que mudaría de colores: se pintó el cabello, rayos castaños, fondos oscuros y puntas doradas (combinación extravagante); se delineó las cejas, negro azabache y contornos grises; la moda de las uñas postizas, flores y estrellas, puntos y brillantina; y, finalmente, se compró unos pupilentes de un azul del pacífico. Eso lo recordaba a la perfección. Sin embargo, si se trataba de ver ella en el espejo quitando o poniéndose los pupilentes no se veía a los ojos, es decir, no miraba sus ojos en esas invocaciones, como si no tuviera, como si hubiese huecos o trajera lentes oscuros -cosa por demás ilusoria. He olvidado quién soy se dijo a sí misma, un poco preocupada y a la vez con vergüenza, a la vez con malicia y tal vez con un poco de orgullo de ser la persona del presente. Había cambiado pero nadie lo había notado ya que venía de otro país y no se trajo ni una postal de su pasado. Mucho menos una foto.
¿Quién me puede decir el color de mis ojos? Se preguntaba y los segundos iban lentamente aumentándose, él seguía pacientemente esperando y ella desesperadamente recordando cosas que pocos olvidan, y las cosas que pocos olvidan casi nadie las recuerda. ¿Qué tanta gravedad puede tener el no recordar el color de tus ojos? Acaso no importa. A veces parece que hasta la importancia por la vida es relativa. Ella sabía que en el fondo de esta situación había algo que debía descifrar -aparte del color natural de sus ojos, y era ella que paulatinamente se iba volviendo como una letra cualquiera en Las Mil y Una Noches y no como la princesa Jazmín que era el oro más preciado de un reino. Hace años que abandonó costumbres que hoy parecerían insoportables como acariciar el agua, dormir en el suelo, escuchar a las olas nocturnas o beber los rayos del sol en pleno desierto. Ahora ella era maquillaje, vestidos, fiestas, dinero, atracción, olvido.
Él, presuimiendo que la pregunta no era relevante y su respuesta mucho menos trascendente, los segundos no transcurrían, si pasaban dos y nada no era problema. Pero ya iban tres y ella, tras dos décadas de memorias, su mirada seguía hueca. Todo era oscuro. Se había dejado llevar por lo negro de un infierno y no por lo blanco de un paraíso, su cuerpo era plomo que descendía precipitadamente a profundidades desconocidas, y no era feliz así. Las sirenas son la fantasía sexual de los piratas, las alucinaciones de exhaustos náufragos pero ella se sintió capaz de nadar y salir de la sima, y allí estaba él, a la orilla del mar esperando no a ella, sino la respuesta.
-Son cafés, son cafés claros -dijo su compañero, y me he enamorado de ellos. ¿Cómo los vi? Un día olvidaste los pupilentes, tu cabello era negro, no tenías maquillaje ni las uñas arregladas como las tiene ahorita. Eras otra. O ¿Eres otra? Por eso quisiera saber el color de tus ojos, para saber si eres tú.

miércoles, 6 de abril de 2011

Reverberaciones.

Escucha... Escucha mi nombre,
Yo soy el que te habla todas las noches.
Cuentan que soy mudo
que por eso nadie me escucha
que soy un eco, ilusión.
¿Que soy mudo? No es cierto
Porque yo te hablo y tú me escuchas.

Escucha. Ese es mi nombre.
Ese que repites todas las noches.
Sé que me oyes
porque les hablas de mí
y conoces mi palabra
-llave de una puerta imaginaria,
No dejes de buscarme
porque así tú nunca te perderás.

sábado, 26 de marzo de 2011

Dedicatoria

 Siempre le hablaré de usted.

Reposas acostada esperando a los años
que pasarán sin decir adiós. Si tu mano
se esfuerza por tocar un segundo, en vano
cambiará el color de tus cabellos castaños.


Yaces, como la bella durmiente, sin príncipe
que te despierte, no te hace falta un beso
-el último en tu mejilla fue casi un deceso,
si juraste que del amor no eras partícipe


La muerte no toma distancia, sí la memoria.
La vida no une sin motivos, hay un abismo
entre seres queridos y cuando te perdimos.



Donde tú no hay espacios vacíos ni egoismo,
donde lloran no hay dolor sin nuevos caminos
donde entierran a los muertos no hay sino vivos.

jueves, 24 de marzo de 2011

Lleva tu nombre.

Hay algo de ti en las calles,
en los árboles, los parques,
el aire.
Hasta el espejo recuerda
de ti
el más mínimo reflejo
Yo sólo vivo de tu nombre
de las costumbres
atropelladas en las calles,
de los frutos
que cortamos de los árboles
de la gente
que ignoramos en los parques
del olor
de tu perfume en el aire.
Solo vivo, sólo allí,
en el agua claustrada de la presa
donde cada gota sabe tu nombre.
Allí estás tú,
no únicamente nosotros
sino ellas también,
en las calles,
en los árboles,
en los parques,
en el aire.
Pero el aire, viento entonces,
se pasea por las calles,
y arrebata de los árboles
en los parques tu perfume,
las costumbres, los frutos que llevan tu nombre.

Extiendo la mano y no hay nada a mi lado
ni una calle donde exista un parque que
albergue árboles donde se pasee el aire con tu perfume.

A esta locura le he puesto tu nombre.

martes, 8 de marzo de 2011

Importa poco.

"Porque si tú existieras tendría que existir yo también. Y eso es mentira."
R. Castellanos


Importa poco decir "te quiero"
porque los oídos están heridos
porque los labios son los míos
o porque yo ya no soy el mismo.
Nada vale decir "te extraño"
porque el tiempo es una farsa
porque la foto es suficiente
o porque nadie está ausente.
De qué sirve decir "lo siento"
si ya no tengo sentimientos
si para ti sólo miento
si todo esto es repetido.
Pero te quiero, te extraño 
y lo siento... 


viernes, 25 de febrero de 2011

Cristo y la cruz.

Cristo no murió en la cruz
pero resucitó en ella.
Falleció cuando predicaba
ante una multitud que lo alababa.
La sangre que deslizaba por su torso
no era conspiración de su reino,
era la fuente viva de un nuevo cuerpo.
En el pasado, la multitud clamaba por milagros
después los cuerpos ya no enfermaban,
la sentencia había sido declarada:
La cruz en mi espalda
es el peso que ahora cargas.
Las espinas sobre mi cabeza
las sostiene tu conciencia.
El hierro que en mis manos y pies
no me dejaron mover
es esa búsqueda de libertad.
Y mi último suspiro antes de resucitar
son los sollozos de tu soledad.

martes, 15 de febrero de 2011

La crueldad del viento.

Toca el cielo.
Dime...
¿Qué rozan tus dedos?
¿Es la salvación que
las mariposas en su vuelo,
tan largo, tan ligero,
llevan tiempo buscando?
Tócalo, guarda un pedazo:
mi regalo de cumpleaños,
el azul que por noches
he anhelado.

Desde aquí te veo,
conquistando al mundo
con tus alas, con tu vuelo
como el de las mariposas
tan largo, tan ligero.
Pero muchas veces,
pobre hombre,
te arrastra el viento
y eres como la hoja
que indefinidamente
no vuelve a caer al suelo.

No tengas miedo si yo lo tengo,
jala el gatillo que venga el silencio
sangra y que la estirpe sea exterminada,
hombre de fe,
hombre sin pies,
te arrastra el viento
y eres como una hoja
que ya no deja el suelo.

Toca el infierno.
Dime...
¿Es real? O es tan solo un cuento
Tú eres el rey, yo el misterio,
El fuego, la escenografía
-qué triste noticia,
tu rostro es parte de la galería.
Hombre sin fe,
hombre sin piel
te arrastras como el viento
pero eres como una piedra
que se esconde con el tiempo.
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