lunes, 18 de mayo de 2009

Debo decir...

La necesidad de buscarte no se ha revelado pero mientras tanto, sigo tus pasos, anclado, como de costumbre, a la seriedad de tus acciones, a la claridad de tus emociones. Te vi. Te seguí. Te volví a perder. Caminas rápido, lo sé, y yo me detengo a cada instante, lo acepto. Pero te alcanzo. Pero te pierdo, y si yo, cruel hombre que justifica su ira con alguna mentira, que cae al abismo -mismo que me has enseñado a construir- sin dejar queja alguna, al contrario, que vive asomándose por la alcantarilla como una cucaracha que espera la noche para invadir, silenciosamente, tus bienes e infectarlos para destruirme a mí mismo, es la droga perfecta que me mantiene en calma.
He preguntado por ti, dicen que te han visto, que te han escuchado, que platican contigo, que vienes y no te vas, que aquí estás y no te irás; pero no te alcanzo, ni percibo tu presencia, desconozco tus facciones, pero sigo tus pasos.
Ayer no dormí para sorprenderte entre árboles y entonces abordar en el preciso momento la calle en que transitas o allanar la casa que habitas. Nada de eso. Eres tan ágil, tanto que el ladrón te ha perdido más de una vez perdón, lo concedes si conocerlo, sin verlo, se arrodilla él sin la intención de haberte agredido, un ladrón que solo se dice así mismo ladrón para pedirte perdón.
Aturdido, afónico, a lo mejor derrotado por no alcanzarte en el transcurso de cualquier destino, según yo mismo que transito, mismo que tú -al parecer- has tendido en recta, sin curvas o desviaciones; un claro, un solo horizonte, es lo que aparento encontrarme, te grito, te ausentas, y él aparenta calma, falso pues humedece con llanto el no haberte a tiempo encontrado.
Te he querido decir que soy feliz cuando me detengo que cuando camino, que soy fiel cuando miento y cuando soy sincero, que duermo aun de día o de noche y mis labios no murmuran por el ruido tratando de ensordecer la música que el viento toca, que siempre soy yo aunque me digan que tengo que ser como tú, pero sigo tus pasos.

-La fiel noche olvida la oscuridad,
¿Quién se detiene para perseguir el tiempo?
La evidencia para los culpables es
Como la noche que existe para los inocentes
Pues el oscuro invierno también es duradero
Tanto lo es que pasan años en silencio
El curandero y el enfermo,en una misma agonía,
Una misma noche que aparenta herejía.
Aparece otra vida, misma que se extingue
Entre aquellas haciendas que empobrecen
Los brillos estelares.
Una depresión nos ha enseñado, hemos aprendido,
Pero no es un arte elaborar una lágrima
Que pretende rodar y rodar
Hasta la sima alcanzar-

Después de todo, estoy pensando en mentir, decir que te vi, que te alcancé, tal vez que te detuve con la siniestra, saludé con la diestra, sí, lo he pensado, inventar una buena historia que simplemente, por orgullo o por apariencia, vengas y te aparezcas, lleno de magia, radienate como la fama, a mi lado, tú tendiéndome un lazo, yo siguiendo tus pasos.

lunes, 4 de mayo de 2009

El aniversario.

Este es mi regalo:
un verso,
un abrazo,
Una canción.
Pero no es este tu día
Sino todos, en realidad.
Bajo estas líneas
Hay cierta pasión
Que un presente
Apenas y puede aparentar;
Los abrazos, besos
Que hoy te he de dar
Los he almacenado
Como en una caja de cristal
Donde los puedo ver,
Acariciar,
Tal vez oler,
Veo su forma cambiar.
Tu sombra de noche,
Tu sombra de día,
Siempre tú,
Siempre tú y un reflejo
Que adormece mis emociones
Confusas como agresivas,
Entonces Madre
Me vuelvo tu Hijo.
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