Allí estaré, entre las hojas de los árboles
como los nidos que niegan a olvidarse
a sí mismos cuando las aves han emigrado;
allí estaré, entre los libros, las cartas,
las puntas de los lápices con que escribiste
"te extraño";
allí estaré, si así lo quieres, enterrado,
bajo la lápida de tus recuerdos
(pesada loza que soporta mi cuerpo);
allí estaré, escribiendo este correo,
una y otra vez.
Allí estaré, encarnando una lucha con el ser y no ser.
Allí estaré,
donde tú quieras que yo esté.