martes, 26 de noviembre de 2013

Los enamorados, los que amaron.

Los enamorados escriben cartas, se escriben en nubes perennes esperanzas; mejor aún, se atan a la eternidad que al fallecimiento de las almas; sus besos son inmortales, pero no dejan heridas como cuando se ama, sólo el vestigio de un sueño, de un adormecido deseo.
Los enamorados se necesitan, se atraen desde los polos más distantes, se encuentran, uno a otro, en las noches más oscuras y espesas.
Ellos ignoran que el amor está lleno de tragedias, de falsas promesas, de besos que apenas sobreviven un instante; guerras tácitas, sangrientas, donde las caricias aciertan, penetran en el corazón enemigo. ¿Enemigo? Ignoran las batallas después de una alabanza.
Los que amaron no aceptan el futuro, viven del presente recuerdo clavado en su memoria, como agua en las tierras subterráneas de un desierto.

Los enamorados escriben cartas; los que amaron, las destruyen.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Dos cuerpos de figuras distintas.

Dos cuerpos de figuras distintas,
estiran sus brazos, se miran.
Sobrevive el eco producido
cuando, por odio, chocaron entre ellos.
Han quedado fragmentos,
fragmentos que son como estrellas
que aparentan estar tan cerca,
empero hay años luz entre ellas.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Te tengo y no tengo nada.

Te tengo y no tengo nada.

Como colores propios del alba:
La timidez de las horas venideras,
lívidas gotas desaparecen en las enredaderas
raptadas por el sol para darles vida nueva.

Por eso sé que te tengo porque no tengo nada.

Como vivos que sepultan a sus muertos
guardan sus recuerdos en ataúdes vacíos,
cuerpos hastiados de repleto vacío,
seres que tienen todo porque ya no tienen nada.

Como yo que te tengo, aun sabiendo
que no tengo nada.

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