Acariciar tu imagen de mis imágenes,
el rostro que muere y nace,
la inmortalidad del amor a cada instante
porque no hay gota que no ame a otra gota
y nunca precipiten juntas su lamento,
entonces el amor muere y nace
porque no hay muerte que no persiga a la vida
y se encuentren de noche o de día
ululando como el viento caricias en otoño o invierno
porque no existe tu nombre sin el mío
y yo no sea el resultado de tu imaginación
y tú, inevitamblemente, la cura de mi dolor.