Quisiera decirle
querida semejanza
los espejos abrazan
al cuerpo sin el alma,
la mía calcinada
la suya putrefacta;
un sol los evapora
a los húmedos cuerpos
que detienen el viento,
y aparecemos usted y yo,
desnudo en el espectro
usted tendido en el suelo,
para proponerte:
ser yo el del espejo
usted el que se vuelve viejo.