miércoles, 29 de julio de 2009

Cuando me diste un "sí".

Inolvidable noche en la que me diste un "sí". Todo callaba por ser madrugada excepto tus lágrimas y las mías que apenas susurraban nuestros oídos; no distinguíamos cuanto dolor caía sobre nuestra piel pero sí calculábamos la distancia entre nosotros dos, era inmensa, ¿lo recuerdas?.
Me diste un sí como hace cuatro años, sentados esa vez en un jardín, bajo el sol de primavera haciendo vivir los verdes que acompañaban aquel bello monosílabo. Ayer me dijiste que "sí" y yo no pude decir lo contrario, era imposible, aunque me opusiera tu afirmación eliminaba cualquier negación. Los automoviles esporádicamente me distraían y no fueron suficientes para ambientar tanto silencio amargo, ese llanto silencioso tan mortal como el veneno oculto del alacrán. Solo su canto percibo. Pero entre tú y yo nos separa ese "sí", entre los alacranes una cándida conversación.
Solo sé que ha pasado más de una década de aquél sí y sigo pensando en el ayer; tu blusa medio abrochada, los dos sentados en la cama a una insoportable distancia, yo intentando ser sordo y estoico pero, preguntarte ¿quieres que me vaya? la respuesta, como ves, no podía tener peores consecuencias.
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