Es atrevido hablar de amor,
cursileria pasada de moda:
flores, un mantel; una coda,
su tema terminaba con tambor.
Es fácil pronunciar "amor"
acompañarla con guitarra
un son, qué esperanza
estando enamorado un cantor.
Cuan peligroso es el amor;
añoré aquellas clases
para devolver el tiempo
olor a chocolate, fragancias
de aquellos regalos no obsequiados
de poemas recitados en el baño
de mis gritos bajo el agua
del dolor imperceptible
y crónico tras el amor.
El amor y sus lugares comunes
tus ojos profundos más que el mar;
un sol opaco ante tu cabellera;
que te amo y doy la vida por ti;
tu piel, rocío de madrugada.
Así, sin rostro este amor,
lo reconocería en una noche sin luna
de espectros fortuitos y fugitivos
y yo, embriagado de licor.
Porque así es el amor,
comprenderlo es absurdo
sentirlo es natural.