viernes, 14 de noviembre de 2008

Adiós

Quisiera buscar un camino más largo para llegar a casa. Lo intenté. Caminé y caminé pero de cualquier forma me acercaba a ella. Huí hasta que la vuelta al mundo le di y de igual forma, me encontré con ella. Buscaba otra puerta por la cual entrar, noté que éstas son siempre las mismas. Revisé todas las partes del edificio, no, sus puertas están fijas y para alguien que pretende usarlas las encuentra en el lugar cotidiano. Las ventanas tienen rejas y por las rejas sólo entran y salen ladrones y, a mí, me han robado.
Me regresé por el mismo camino tan largo como lo parecía pero a la inversa también daba con la casa; ciego, loco, sin memoria, la casa vivía allí. Esperé otro momento para entonces llegar a la puerta y que todo se haya olvidado. No, aunque el tiempo haya pasado y nuestra memoria al parecer según lo haya olvidado, los motivos seguían siendo los mismos. Tuve que pintar la casa de otro color, por fuera, pues no quería entrar, le cambié la fachada, de ciudad, de país, no, a ella siempre iba a dar. Intenté quedarme a medio camino, no pude, el impulso siempre se traduce un paso hacia adelante o uno hacia atrás, cualquiera de los dos a ese lugar me querían llevar. Al final de cuentas me harté de buscar formas, inventar motivos, cambiar estilos, todo cuanto yo quiera seguirá siendo lo mismo.
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